Resultados de la encuesta

Aunque la encuesta no fue multitudinaria, la gente que ha votado lo ha dejado claro. Existe una rivalidad insana en la danza oriental especialmente llamativa.

Mi opinión sobre el tema:

1. La rivalidad es absurda ya que en danza oriental cada cual tiene su estilo, sus locales de actuación, entornos distintos y distinta formación. Por tanto, todas alcanzamos a públicos diferentes y tenemos nuestros seguidores. Cada cual tiene su parcela de éxito sin tener que machacar a la de al lado.

2. En la cuestión de impartir clases. Lo mismo. Cada cual tiene su método, mejor o peor elaborado, pero válido igualmente. Si la persona es pésima dando clases, las alumnas se le irán marchando, hasta que se de por aludida de que algo ha hecho mal. Por tanto, repito que hay público en los dos aspectos para todas las que nos dedicamos a la danza oriental.

3. Es penoso mezclar antipatías personales hacia otras bailarinas en el trabajo (clases, actuaciones) y dar a entender a la gente que te rodea, lo mala, antiprofesional, hortera y demás...que es la bailarina "enemiga". Eso lo que consigue es que esa gente que te sigue, tenga prejuicios frente a esa bailarina y rechace todo lo que ella hace, tal y como su maestra les ha dicho.

4. Lo peor. Pinchar eventos que organizan tus "enemigas", haciéndoles mala publicidad, aconsejándoles a tus alumnas que no asistan o participen, que lo boicoteen de alguna forma, etc. Eso es lo más bajo y rastrero que se puede hacer y de hecho se hace. Por tanto hay una mala leche en este mundillo que te hace ser una desconfiada de toda profesora-bailarina nueva que conoces.

Conclusión:

El mundo perfecto en esta danza sería que cada cual se metiera en sus asuntos, dejara a las demás profesionales vivir y ejercer con gusto y simpatía y que alguna vez si hay alguna idea bonita, colaboráramos todas entre todas para que se beneficiara la danza oriental y aprendiéramos cosas de las otras.
Es una pena que sea una utopía, aunque yo lucho día tras día para que con quién me deje y le apetezca, llevarnos bien y respetar el trabajo de las otras.